
Definitivamente. Con cada paso del tiempo vamos aprendiendo a querer y amar a la gente, siempre de una manera distinta. Algunas veces nos equivocamos, y mucho, pero equivocarse es parte del amar. Cada mínimo error construye un lazo mas entre dos personas, cada palabra o gesto, te une mas con persona. Por eso cuando amamos estamos aprendiendo cada día una cosa nueva.
Somos discípulos del amor. Siempre.